Ya que
trabajo en una agencia de publicidad, a veces recibimos la visita de directores
de comerciales de televisión mostrando su reel de trabajo (el portafolio de sus
mejores trabajos) para que la agencia piense en ellos y los tenga en cuenta
para algún proyecto. Esto tiene mucho de bueno para los que trabajamos ahí
porque te sales de la monotonía diaria de estar pegado a tu computador, o estar
encerrado en una sala pensando en ideas para salvar el pellejo. En una ocasión
recibimos la visita de un director muy particular, Fermín. Tenía un trabajo
buenísimo de varias campañas ampliamente reconocidas a nivel mundial por su
creativa manera de mostrar las cosas y al mismo tiempo por su simpleza y
frescura.
Fermín
acompañó su muestra de trabajos junto con pequeñas curiosidades que nos contaba
sobre cada proyecto en particular. Fue un gran momento, maravilloso reel.
Realmente
me sentía un poco frustrado, porque sabía en ese momento que nunca tendría la
oportunidad de trabajar con él, ya que la cuenta para la que trabajo, no hace
proyectos como esos, se limita a lo de siempre, pendones, stands, vallas y
carros vallas, etc.
El caso
es que Fermín nos mostró un proyecto que se me quedó en la cabeza. El proyecto
en sí era bastante raro para nuestra cultura habitual. El video mostraba a un
chino inmenso que había permanecido en su apartamento por años sin salir. Uno
de esos personajes extraños que decide no salir más de su casa y se la pasa
pegado a un computador y pareciera que vive en el más exagerado ensimismamiento
que pueda existir.
La idea
de la campaña es mostrar que hasta ese personaje, que en Japón llaman
Hikikomori, decidió salir de su
casa con el propósito de ir a un festival de film en España. La idea puede
parecer buena, mala o lo que sea, dependiendo del juicio de cada cual. Lo que
me dejó pensando es que Fermín nos contó que lograron conseguir para el
proyecto a un Hikikomori de verdad, es decir, a un personaje que decidió no
salir nunca más de su casa. En serio.
Es
posible que le hayamos caído bien a Fermín o que él sea así de abierto y buena
onda con todos los que conoce, el caso es que nos reveló un par de detalles
más. Resulta que al hablar directamente con el personaje, para ver si contaban
con él para el proyecto o no, le explicaron muy bien que tendrían que filmarlo
fuera de su casa. Lo llevarían de verdad a España, muy lejos de su casa. Para
sorpresa de todos, el personaje accedió a salir de su casa y viajar muy lejos
de ella a cambio del dinero que se le ofrecía como personaje principal y una
pequeña exigencia: al acabar todas las filmaciones y el trabajo que se
necesitara, tendrían que llevarlo a un centro de prostitución.
Puede
ser que nuestra cultura está acostumbrada a un tipo de bromas bastante
particulares, o puede ser por cualquier otra razón, el caso es que no le vieron
problema y lo contrataron. Apenas se terminó la grabación y el show como tal,
el personaje exigió que se cumpliera lo que había pedido. Y así lo hizo. Se fue
a un centro de prostitución de la ciudad y luego a su natal Japón donde
continuó con su vida de ensimismamiento.
Es raro
que un tipo como ese, terminara su trabajo como lo hizo? Un hombre siempre será
un hombre y tendrá los mismos instintos así viva enclaustrado o libre? La
prostitución puede tomarse como un premio? Todo este escrito es una basura?