No sabe muy bien en qué momento empezó lo que lo llevaría a ese carro.
Igual, nunca se imaginó que un simple "camine lo llevo", podría traerle tantas cosas a la cabeza y a la piel.
Ahora estaba ahí, con su mano derecha sintiendo al mismo tiempo el sol y el viento, que produce un carro a 100 km/h. Y su cabeza tenía esa extraña sensación de que el conductor del carro estaba conduciendo también su vida.
Si, era una mujer, pero la conoció hace 2 horas en una fiesta de la familia. Bueno, en realidad la había visto hace mucho tiempo, cuando eran niños, pero sólo habían hablado como adultos hace 2 horas.
Ella se ofreció a llevarlo al aeropuerto, a él le pareció demasiado. Luego terminó convenciéndolo recordando el tema de la inseguridad, más la corta distancia y tocando el argumento que nunca falla, él hubiera hecho lo mismo en su situación. Seguro lo habría hecho. Ella era divina.
Ahora ella le pide que mueva un poco hacia arriba el espejo retrovisor derecho. Un poco más, le dice. Ahí está perfecto. Sutilmente ha logrado demostrarle a él que tiene el control sobre todo lo que suceda en el trayecto hasta el aeropuerto.
Puede que ese detalle lo haya llevado a preguntarse ahora, si todo lo que representa su vida, pueda ser conducido alguna vez por una mujer como ella. No es tan fácil la respuesta, aunque por un momento si lo es.
Un carro de otro carril se mete sin previo aviso en su calzada, pero ella, muy tranquila, detiene un poco la marcha, mira por los espejos y lo elude con mucha suavidad por otro carril. Al pasarlo, le envía una mirada de odio por el retrovisor al descuidado (o atrevido) conductor. Fino detalle, piensa él. Cerró con delicadeza una difícil situación, una última puntada que sigue engrandeciendo el momento.
-Llegamos!!
-Muchas gracias, déjame aquí por favor.
-No, voy a parquear. Te acompaño un rato mientras esperas.
-No es necesario.
-Lo sé.
Puede que en su solitaria vida, muy pocas personas hayan sido tan amables. Y cuando digo amables, no solo me refiero a la cortesía, sino al significado de la palabra amor aplicada a una persona. Puede que ella hiciera todo eso porque su padre se lo pidió, por tener un detalle con un familiar, pero eso a él le importa poco ahora.
Al caminar en el aeropuerto, él se percata de que se siente muy bien caminar con alguien conocido entre tantos desconocidos. Yo diría que se siente más que bien.
Se toman un café mientras llaman al abordaje, para subirse en el avión que lo llevará a 600 Km de allí. Durante el café, ella le recuerda un momento de su infancia, en el que se bañaron juntos en el jardín. Hay fotos, le dice. Y luego le envía un: tú a mi me gustabas mucho cuando éramos niños.
Lo ha dejado demasiado arriba. Él está tan confundido por todo lo que ha pasado que decide hacer una pregunta fuerte, pero se lo piensa bien para dejar todo sobre ruedas y no tirarlo todo al suelo. Luego de unos minutos, la mira fijamente a los ojos y le pregunta.
-Y toda esta amabilidad? tu padre te pidió que lo hicieras?
-Si.