24 de mayo de 2011

Otra profesión.

Uno nunca debería salir más temprano de lo acostumbrado en el trabajo porque se da cuenta que hay una vida que existe allá afuera. Y además existe sin su ayuda. Esté o no esté usted todo sigue, todo evoluciona, la gente se mueve, hace negocios, hace proyectos y todo eso ocurre mientras usted pasa todo el día en su oficina. No es fácil descubrirlo, se necesita salir temprano un día, y eso rara vez ocurre.

Por ejemplo yo una vez salí temprano porque algo que comí al almuerzo me dio alergia. Parecía que un ejército de zancudos jején me hubiera atacado la cara. Me asusté y me fui al hospital. Camino hacia allí me di cuenta que había mucha gente trabajando en sus cosas, en el parque, vitrineando, caminando, paseando el perro, haciendo ejercicio. Estamos hablando de un martes a las 3:00pm. Y yo generalmente salgo del trabajo a las 7:00 y eso es temprano.

En fin, ese día llegué al hospital y pasé allí 1 hora, aproximadamente. Me inyectaron algo y la alergia se fue, y yo también me fui pero a mi casa. No iba a regresar al trabajo ni loco. Alegué seguir en el hospital por lo que según me habían dicho era una intoxicación leve, pero de cuidado.

Lo raro es que al ver tanta gente haciendo tantas cosas fuera de una oficina, a mí solo se me ocurrió quedarme viéndolos. Contemplando lo que hacían, las conversaciones que tenían, los movimientos tranquilos o desesperados.

Por qué tenemos que vivir para trabajar o trabajar para vivir? No hay otra manera de pasar el tiempo en una ciudad o cualquier lugar del mundo así no seas millonario? Si no trabajas eres símbolo de alguien desadaptado, que no sabe ni donde está parado, de un subnormal que terminará en la calle como un loco desechable.

Debí haber seguido en el fútbol y haber puesto toda mi energía en eso, así arreglaría mis problemas a patadas o cabezazos, una manera bastante básica pero efectiva. Lo malo es que seguramente me hubiera tocado jugar en un equipo de la B, qué digo B, de la C ó D. Y yo siempre he sido un tipo muy cómodo, jugar en las mejores canchas, los mejores guayos, la buena mesa, la cerveza, que nadie me dé órdenes, que en fondo pueda hacer siempre lo que yo quiera, y creo que no pasaría los controles antidoping.