20 de agosto de 2009

Dos puntos y cierra paréntesis.

Algunos dicen, nunca en la historia de la humanidad los seres humanos se habían comunicado tanto entre si. Nunca habían utilizado tantos medios de comunicación como ahora. Nunca antes la gente se había comunicado de un extremo del mundo al otro con tanta facilidad.
Xoxo, lolo, t q m, me siento hot y vamos al shopping. Ahora hablamos así.
Mis abuelos me contaban que tenían que viajar un día entero para llegar de Chía a Bogotá, mientras que ahora es cuestión de minutos.
Muchos dicen que todo ha cambiado y seguirá cambiando, que estamos evolucionando; ahora las mujeres se ponen penes y los hombres se los quitan. Se quitan sus rostros si no les gustan, se casan y se divorcian varias veces, los taxistas saben más cosas que los presidentes de las compañías, los edificios son más altos y más lujosos (no puedes entrar en sudadera), no se puede fumar en los lugares públicos cerrados, las compañías productoras de alcohol patrocinan eventos deportivos, un satélite ubicado a kilómetros de distancia de la tierra puede tomar fotos de nuestros cepillos de dientes, se clonan ovejas y animales de todo tipo, se preparan almuerzos en 3 minutos y tenemos diferentes tipos de agua para beber.

Para mi, todo sigue igual. El agua es agua, me siguen creciendo las uñas, sigue lloviendo cuando el cielo está gris, los extraterrestres siguen secuestrando gente, las niñas quieren ser reinas de belleza, tener hijos y casarse, son pocos los ricos y muchos los pobres, nuestros huesos son igual de frágiles que antes, somos igual de lentos y tercos, se nos sigue cayendo el pelo y el maldito sonido de la fresa del odontólogo no cambia.

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